LA PAREJA QUE NOS ENSEÑO A AMAR
Todo comenzó aquella tarde de otoño, cuando el rompió el silencio y le dijo todo lo que sentía por ella, la tomo de su mano derecha, la miro a los ojos, se le acercó dos pasos y le dijo: “eres todo lo que quiero en esta vida” ella le contesto con una sonrisa, cerró los ojos y se dejó llevar… Sus vidas comenzaban a tomar color juntos, eran el uno para el otro, compartían días, noches… Fríos y calores… Dolores y alegrías… compartían sus vidas, eran un solo ser.
Un día por la noche el llegó con sus 4 sentidos desorbitados y con los ojos a medio abrir, ella lo miró asustada y le preguntó “¿Qué pasó?” el con la boca apenas abierta, con la lengua totalmente dormida y a punto de desmayarse no le contesto…

Al otro día se levantaron como si nada, el se dirigió al trabajo como todos los días mientras ella volvió a llamar a emergencias pidiendo algún tipo de ayuda, solo le respondieron que tenia que hablar con el para poder ayudarlo…


Al otro día Ezequiel solo pensó en morir, tomó una afeitadora y sacó sus hojas… peinando sus venas y sintiendo caer la sangre sintió el frío recorrer sus dedos… pero esto no alcanzaría para provocar su tan esperada muerte, se dirigió hacia la forrajería e intentó comprar veneno para ratas, llegó a su casa y guardó el veneno en el primer cajón de su mesa de luz…
Al otro día se dirigió a la funeraria donde velarían a su amada Victoria, estuvo ahí a las 5 p.m. cuando el velorio era a las 9 pm. … 2 lagrimas solamente cayeron al ver llegar a Victoria en el cajón negro de su funeral, se arrodilló tomando su fría mano y apoyó sus labios en ella, permaneció así por toda la noche, al amanecer abrió sus ojos y secó una de sus únicas 2 lágrimas, vio llegar al coche fúnebre y soltó su ahora tibia mano por el calor que él le otorgaba…

Subió al coche y siguiendo la caravana llegó detrás del coche fúnebre al cementerio, tras unas vueltas llegaron al lugar donde ella descansaría en paz por siempre, tras las palabras del padre, colocaron su cajón en el pozo y comenzaron a llenarlo de tierra… antes de que el cajón fuera totalmente tapado él dejó caer un ramo de 3 rosas blancas que representaban su amor, su fidelidad y sus almas…
Al colocar la lápida que decía simplemente “aquí descansa en paz Victoria”…
Al llegar a su casa Ezequiel abrió su primer cajón de su mesa de luz, tomó una caja roja y por la noche se dirigió al cementerio donde descansaba en paz su amor… una vez allí abrió la caja… tomó un puñado de pastillas de veneno y dijo “aquí te demuestro mi fidelidad amada mía, con los ojos pintados de negro como descansas tu ahora, con los labios negros y la piel pálida, con 1 lágrima que dura desde tu funeral, con mi vida enterrada frente a mi digo adiós a todos… hola de nuevo a ti, mi amor solo es tuyo, y así será por siempre”… colocó el puñado de pastillas en su boca y las tragó una por una… se arrodilló en la tierra… comenzó a sentir el frío por sus piernas y brazos, miró hacia el cielo y cayó desplomado por el suelo, demostrando al mundo como amar, convirtiéndose en una leyenda que nunca nadie se animaría a contar para no desprestigiar sus formas de “amar”
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